Mezquita de Córdoba

Monumento en Córdoba

Descripción y características. Mezquita de Córdoba

La Mezquita Catedral de Córdoba es el monumento más importante de todo el Occidente Islámico, así como uno de los más asombrosos del mundo. Es símbolo de la dominación árabe sobre la Península y de todo el esplendor alcanzado por el Califato.

La primitiva mezquita seguía el habitual diseño de planta rectangular con santuario de once naves. Las ampliaciones posteriores no hicieron perder al edificio su unidad estilística.

El templo, cuya superficie se extiende por más de 22.000 metros cuadrados, cuenta con tres partes diferenciadas: al norte, el Patio de los Naranjos, de estilo mudéjar. Al mismo se accede por la llamada “Puerta del Perdón”. Resulta impresionante contemplar sus hileras de palmeras y naranjos, así como sus fuentes y los arcos de herradura que rodean el mismo.

Por la “Puerta de las Palmas” llegaremos al interior del templo, contemplando, en primer lugar un maravilloso bosque de columnas: 850, realizadas en mármol, jaspe y granito. Estas columnas sostienen 375 arcos de herradura con dovelas bicolor. El lugar santo de la Mezquita, el mihrab, curiosamente no señala a La Meca, sino al sur. El lujo destaca en su interior: suntuosos revestimientos de mosaico, así como la enorme concha de yeso, en la que se aprecian inscripciones elaboradas en 965 en alabanza del califa, amplían su valor decorativo.

Ya en la zona central del templo podrá contemplar la Capilla Mayor y la Capilla Real; la antigua Capilla de Villaviciosa, el Crucero de la Catedral, el Tesoro y el Lucernario son igualmente dignos de un detenido examen.

La catedral cristina, por su parte, cuenta con nave y crucero, así como con planta de cruz latina. Los arcos son de estilo gótico, aunque el resto de su ornamentación es plateresca. Destaca su cúpula, de estilo renacentista. Igual de destacable es su altar, realizado en mármol rojo, así como la sillería del coro y el tesoro de la catedral.



La mejor fecha para visitar este lugar:
Durante todo el año ,evitar meses de verano en la cual hace mucho calor. Si tenemos opción, debemos acudir a la Mezquita antes de las 10 de la mañana, ya que la entrada es gratis. La visita hay que realizarla con tiempo, relajadamente, disfrutando del silencio que acompaña a la oración, del sonido del agua, del aire perfumado.

Tipo de lugar: Monumento

Ubicación: Ciudad

Apropiado para niños
Apropiado para personas mayores
Apropiado para personas discapacitadas
Apropiado para visitar en familia
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Año de construcción: años 780-siglo XVI

Autor: omeya Abderramán I

Duración de la visita: Duración aproximada de 2 Horas y media

Precio de la visita:
8.-€ por persona, niños 4.-€

Horario:
Lunes-Sábado de 08.30 a 18.00 h.; Domingos y Festivos Religiosos de 08.30 h. a 10.00 - 14.00 h. a 18.00 h.

Historia:

Resulta importante conocer que el conjunto de bienes históricos cordobeses fue declarado Patrimonio de la Humanidad en el año 1994; es decir, no sólo la Mezquita, sino todo el conjunto urbano que la rodea.

La historia de la Mezquita cordobesa es un perfecto resumen del estilo omeya en España al que, con el devenir del tiempo, se le fueron añadiendo estilos gótico, renacentista, barroco, …

El enclave ha sido lugar de culto de diferentes deidades durante siglos; los visigodos construyeron en el emplazamiento una primera basílica, San Vicente. Sobre esta construcción se erigiría la primera mezquita, así pues, la primitiva basílica fue compartida por musulmanes y cristianos durante mucho tiempo.

Sin embargo, el aumento de la población musulmana en la ciudad llevó a la destrucción del templo con la finalidad de levantar una nueva Mezquita: Mezquita Alhama o principal de la cuidad.

La construcción de la Mezquita fue iniciada por Abderrahmán I, entre los años 780 y 785, y ampliada sucesivamente por Abderrahmán II, Alhaken II y Almanzor. Concretamente, bajo el reinado de este último se realizó la más grande de las ampliaciones, construyéndose la catedral cristiana. La conversión de mezquita a catedral se produjo en el año 1236, tras ser conquistada la ciudad por Fernando III.

En su primitiva forma, la Mezquita contaba con once naves longitudinales, orientadas hacia el Guadalquivir. Su anchura es igual, salvo en la nave central, la cual conduce al mihrab. En su construcción se utilizaron fustes de comunas y capiteles de otras construcciones y de épocas anteriores: romanos y visigodos. Sobre éstos se colocan los pilares rectangulares de sillería, para hacer más alto el conjunto. Los arcos se realizan dobles, para aportar más seguridad, siendo los de la zona inferior de herradura, y los superiores de medio punto. El cromatismo es sorprendente, pues se utilizaron dovelas rojas de ladrillo alternadas con amarillas de arenisca.

La primera ampliación, bajo el reinado de Abderramán II, dio comienzo en 833 y finalizó en 855. Los elementos arquitectónicos utilizados para proporcionar más cabida al templo son similares a los utilizados en la primitiva construcción.

Abderramán III amplió el patio, para lo que tuvo que derribarse el primer alminar. El nuevo siguió el modelo de los minaretes almohades y los campanarios mudéjares.

El esplendor del Califato sucedió con Alhaken II, durante el siglo X, momento en el que se realizan las ampliaciones más bellas y ricas del templo: se amplía el oratorio, aparecen nuevos arcos polilobulados y entrecruzados, con columnas de fustes rosas y azules, se aporta mayor luminosidad con la construcción de cuatro lucernarios en hermosas cúpulas, … El primero de ellos está actualmente ocupado por la Capilla de Villaviciosa.

La última ampliación, y más extensa que las anteriores, la realiza Almanzor, en el siglo. Las anteriores ampliaciones siempre se hicieron hacia el sur, pero ésta, dada la proximidad del río, se realizará hacia el este.

Poco después de la conquista, en 1238, el templo se cristianiza, dando comienzo la construcción de la catedral.

La Capilla Mayor fue realizada en siglo XVI, con permios de los Reyes Católicos. Con grandes oposiciones, Carlos V consiguió que se erigiera la catedral cristiana dentro de una de las naves de la antigua mezquita, allá por el siglo XVI. El encargado de su construcción fue Hernán Ruiz, el Viejo, aunque las obras no quedaron definitivamente concluidas hasta el año 1766.

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